La corresponsabilidad familiar

Otra batalla que muchas mujeres enfrentan, se da cuando tratan de distribuir las tareas domésticas con su pareja. Pues antiguamente los roles estaban "bien establecidos", el hombre era el trabajador y el sostén de la familia, mientras que la mujer se enfocaba en las labores del hogar y la crianza a los hijos. Con el tiempo estos roles se han ido modificando, sobre todo los de la mujer, pues las mujeres a lo largo de la historia han venido luchando (y la lucha continua) por tener mayor participación en la sociedad y lograr la ansiada igualdad de oportunidades, tratando de generar cambios en los patrones familiares, aun así podemos observar que muchos hombres siguen con la cabeza anclada en antiguos roles, ya sea por miedo, por prejuicio, por no sentir que eso les hace 'más hombres', porque ven mal dedicar un tiempo a las labores domésticas, o por machismo, quizás. 

Esta resistencia al cambio por parte de algunos hombres, para adaptarse a los cambios de las mujeres, genera malestar en la familia, porque dejamos de sentirnos como un equipo para convertirnos en rivales y a esto agrégale la propia presión que significa criar a un hijo. Sin duda generará un gran conflicto y muchos desencuentros en la familia. A este tipo de hombres, les cuesta darse cuenta de los beneficioso de estos cambios, les es difícil asimilar la posibilidad de ocuparse de las tareas domésticas, de modificar los roles de género en la pareja y no logran darse cuenta lo positivo que sería pasar más tiempo con sus hijos y en familia

No debemos olvidar que ambos son igual de importantes, e igual de importantes son sus trabajos, son sus sueños y objetivos, así que se tiene que llegar a un acuerdo que perjudique al mínimo a ambos. La mujer ha salido al mundo laboral, y se espera que el hombre se integre al mundo doméstico, se espera que las tareas en el hogar y el cuidado de los hijos se repartan, no porque se sientan presionados por el entorno, sino porque es lo correcto llegar a un equilibrio, o si no, la balanza se inclina siempre 'perjudicando' a la mujer, teniendo efectos en su salud y calidad de vida y esto para la mujer moderna es doloroso y estresante, y puede desencadenar en separaciones y divorcios, donde los mayores afectados serán los hijos. 


Un estudio del PNUD para Chile (2010), señala que, independientemente de su situación ocupacional, los hombres tienen un bajo índice de involucramiento en las tareas del hogar, mientras que las mujeres –trabajen fuera del hogar o no- mantienen niveles similares de trabajo en el hogar. Referente a este tópico las mujeres suelen informar emociones negativas hacia el trabajo doméstico incluyendo estrés, frustración cansancio y aburrimiento (Gager, 1998 en Kawamura y Brow, 2010).

Hablar de corresponsabilidad familiar, es hablar de la armonía entre los espacios de familia, personales y trabajo de una forma más equitativa y flexible entre hombres y mujeres. No es cuestión de cuantos pañales cambio uno, ni de cuanta ropa lavo el otro; sino de realizar una repartición justa de tareas domésticas y familiares (trabajo no remunerado), con el fin de distribuir  los tiempos de vida de mujeres y hombres. Es compartir en igualdad no sólo las tareas domésticas sino también las responsabilidades familiares, en la que debemos tener en consideración a la otra parte: sus aportes, sus gustos, su tiempo, sus conocimientos..

Es cierto que los hombres tratan de incorporarse a los trabajos domésticos y el cuidado de los hijos, pero la mayoría de las veces en calidad de 'ayuda' y no de corresponsabilidad. Y esto se ve cuando un hombre le dice a su pareja: "¿Quieres que...?", "Te ayudo en ...", aunque también se ve en muchas mujeres que usan el término "mi marido me ayuda en ..." e inclusive a veces le agrega en término "tengo suerte", o cuando justifican a su pareja por no apoyar en las labores domésticas,  e inclusive los hombres argumentan que son las mujeres a las que les cuesta delegar y que son muy exigentes, cuando en realidad cada miembro de la familia tiene su parte de responsabilidad.

Por su parte, el psicólogo Alberto Soler explica que aunque aún son pocos los hombres que se quedan en casa para cuidar de los hijos, al menos la idea es poder hallar un equilibro sobre las tareas del hogar: “en un momento en el que tenemos esta igualdad de roles entre hombre y mujer, asumir de facto que los hijos son responsabilidad de ellas es un vestigio del pasado. Hoy en día hombre y mujer se reparten (o deberían hacerlo) de modo equilibrado aquellas tareas que les atañen a ambos, como la casa y los hijos”. Añade también, que ese equilibrio no implica en (casi) ningún caso, un reparto 50-50, sino más bien una adaptación flexible entre la disponibilidad y las tareas que se requieren.

Para lograr una verdadera conciliación dentro del hogar, es muy importante la comunicación con tu pareja, la negociación, y la resolución de conflictos. Este es un primer paso, pues debemos empezar desde nuestros hogares con una verdadera correspondencia familiar. Mujeres nuestra lucha recién ha comenzado, aún hay mucho trecho por recorrer, pues se requieren grandes medidas empresariales y del gobierno, para lograr una verdadera conciliación en nuestra vida personal, familiar y profesional

Fuerza madres power, nosotras podemos, lo hemos demostrado a lo largo de la historia y podemos seguir avanzando, aun no es momento de parar. 

#MadrePower


Posdata para los hombres: Dejen ver a las tareas domésticas como un castigo, como algo que solo lo deben hacer las mujeres. Con las tareas que hacemos en nuestro hogar estamos cuidando a las personas que más amamos y no deberían verlo como una obligación sino como una forma 'diferente' de demostrar su amor, todo es cuestión de amor. De esa manera todos los miembros de tu familia se sentirán parte del mismo equipo en las que todos colaboran.  Pueden leer el Decálogo europero para hombres sobre la corresponsabilidad



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