Padres primerizos: Cómo sobrevivir al primer hijo

Tener un bebé es algo realmente maravilloso. Sin embargo, muchas parejas se desestabilizan tras la llegada de un bebé, pues son muchos los cambios y pruebas que se enfrentan no siempre resultan ser fáciles. Aunque no lo parece, estos casos son muy frecuentes y ocurre inclusive en parejas que han luchado mucho por tener un hijo. Por lo que es importante aprender a resolver las diferencias que pueden desestabilizar tu relación de pareja, no solo porque puede tener consecuencias en la propia relación de pareja, en la relación con los hijos, sino también porque los padres somos el primer ejemplo de educación para ellos.  

He leído varias publicaciones al respecto y la mayoría coincidimos en los siguientes consejos para mantener una vida armoniosa con nuestra pareja y sobre todo superar las pruebas y retos que representa ser padres: 

1. Formar un equipo con la pareja

Generalmente, las parejas que tienen problemas para funcionar como equipo, mantienen una situación permanente de conflicto y discuten constantemente. Por lo que un modo adecuado de evitar confrontaciones es trabajar en equipo, que tiene un mismo fin: el bienestar del bebé. Recuerda que los dos están aprendiendo a ser madre y padre, y te aseguro que ambos están igual de asustados por toda la responsabilidad que significa criar a un hijo.

2. Ser corresponsables

Hay hogares en los que el hombre asume que la madre es la única responsable del cuidado de los hijos, olvidando que fueron los dos quienes los concibieron y que, por lo tanto, su educación y crianza es responsabilidad de ambos. Para lo cual, es necesario que aprendamos a reconocer que ambos somos iguales y la importancia de una distribución equitativa de los roles y tareas en el hogar (corresponsabilidad familiar), ya que ayuda a evitar esos sentimientos de frustración, culpa o victimismo que tanto daño hacen a la relación con tu pareja. 

3. Pasar tiempo a solas (sin los hijos)

Cuando nacen los hijos las innumerables tareas que se deben hacer en casa te invaden y son de nunca acabar y absorben tanto, que nos olvidamos de la necesidad de pasar tiempo a solas como pareja. Es cierto, que el nacimiento de un hijo trae consigo muchos cambios en la dinámica familiar, que muchas veces es difícil adaptarnos, pero puedes programar citas románticas nocturnas, salir a comer un helado o improvisa algo (ya sé, puedes estar muy agotada, pero ánimo, ¡ingéniatelas!), será el oxígeno para tu relación. 
  • Salidas como pareja. Es decir, SIN bebé. Acude a una niñera, familiares o amigos para que se queden con el bebé y puedas salir a disfrutar un rato con tu pareja. 
  • Salidas sola.  El embarazo y el primer año del bebé son especialmente difíciles para las madres. Algunas veces una mamá necesita un descanso para recargar energías, por lo que trata de tomarte un ratito para ir a pasear o a tomar aire y hacer lo que te apetezca sin compañía alguna.
4. No te olvides de tu pareja

Es inevitable, para cualquier persona, que su instinto sea enfocar su atención en proteger al que más lo necesita, y en este caso son los hijos. Pero, también es importante no olvidar la relación con la pareja, pues el amor hacia los hijos es más natural, mientras que el amor de pareja requiere tiempo para crecer y fortalecerse.

No cometas el error de olvidarte de tu pareja por enfocarte en tu hijo, pues tu pareja también necesita de tu atención, tiempo y cariño. En esas semanas difíciles, cuando crees que tienen un conflicto irremediable, es importante que la pareja perciba el amor que sentimos. No hacen falta grandes gestos que salgan del presupuesto familiar: un beso o una caricia, puede tener mucho valor. Recuerda que los padres son la piedra angular de esa familia que está creciendo.

5. Descansar lo más que puedan

Muy aparte del trabajo de la casa, de la crianza o del trabajo profesional, es muy importante que cuiden el tiempo de descanso. Este descanso les va a permitir ver las cosas con más claridad.  Es recomendable organizarse y turnarse en los cuidados de su hijo para tomarse ese descanso necesario para ambos.  

6. La comunicación con la pareja

Hablar sobre cómo nos sentimos, expresar nuestras molestias, nuestras emociones estableciendo métodos de comunicación efectivos antes de que todo salga de control es una buena estrategia para tener una vida de pareja sana, enfrentado los problemas de forma madura y respetuosa. Puede parecer muy difícil en determinadas situaciones, pero tratemos de no perder los nervios y armarse de toda la paciencia posible. Y si has cometido algún error, aprende a pedir disculpas cuando sea necesario.  La comunicación es la clave para resolver estas crisis de pareja, pues te permite llegar a una negociación con posturas en vías de solución que no son ni buenas ni malas, solo diferentes.

Deborah, de Truthful Mommy, dice “La llave para sobrevivir a la paternidad es ser abierto y honesto con tu pareja acerca de cómo te sientes”. 

 Sugerencias:

Una persona no pude dar lo que no tiene, una auto-valoración sana de sí mismo/a te ayudará a conocerte mejor, no para mostrarte como una persona perfecta, sino para mostrarte como una persona real, autentica, capaz de aprender, de solucionar sus conflictos y de avanzar.

Los hijos aprenden lo que ven, por lo que debes enséñeles con el ejemplo. Con tu ejemplo ellos aprenderán cómo relacionarse con los demás, cómo afrontar las dificultades de la vida, cómo ser personas de bien, por lo que jamás discutan delante de sus hijos, pues ellos asimilan todo lo que pasa entre sus padres y, sobre todo, no los utilices para mediar un conflicto con tu pareja.

Deja de mirar hacia el recuerdo y céntrate en las posibilidades que ofrece tu nueva vida en familia, nadie dijo que será fácil, pero sí que vale la pena.

#MadrePower

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