Principales roles dentro de la familia

Dentro de la dinámica familiar, existen muchos roles o tareas básicas que se tienen que realizar, que como lo hemos visto anteriormente estas tareas son asumidas en gran parte por las mujeres. Es así que el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (2010) por medio de la aplicación de encuestas sobre el uso del tiempo, devela la brecha de género existente en la distribución de roles al interior de los hogares. Dicha asimetría queda reflejada al observar la carga de trabajo de las mujeres, que además de tener un empleo remunerado, siguen teniendo bajo su responsabilidad las tareas del hogar, las que incluyen tales como cocinar, hacer el aseo, lavar la ropa, administrar el hogar, el cuidado de los hijos, etc. 

Rol es un vocablo que procede de la palabra en inglés “role”, aunque su origen etimológico se halla en el francés rôle. La palabra rol, se refiere a la función o el papel que tiene un individuo en un determinado contexto.

Vosler (1996, citado en Maganto, Bartau y Etxeberria, 2003) ha sido específico en la distinción de roles dentro del trabajo familiar, señalando lo siguiente:

a. Rol del proveedor: Las tareas de este rol se orientan a la provisión de recursos básicos para la supervivencia de la familia, como es el caso de elementos de higiene, alimentación, salud, vestimenta, entre otras. 

b. Rol de liderazgo familiar y de toma de decisiones: Considerando a la unidad familiar como un grupo, se espera de quien ejerce este rol, mantener una función de desarrollar patrones comunicacionales entre los miembros de la familia y también con personas ajenas a esta unidad, relacionado también con aspectos como el poder compartido y el control de comportamientos.

c. Rol de mantenimiento y organización del hogar: las tareas de este rol se orientan en una gran variedad de ejercicios, tal es el caso de realizar las compras del hogar, preparar las comidas del día, la limpieza y un sinfín de actividades repetitivas que suelen estar acompañadas de mucho tiempo y energía.

d. Rol del cuidador de los miembros dependientes: la persona que cumple con este rol debe asumir el cuidado de las personas en la familia que requieren de cierta dependencia, tal es el caso de los niños, ancianos o miembros con algún tipo de discapacidad, brindando el cuidado y la atención necesaria a éstos.

e. Rol del educador y supervisor: el rol de esta persona se orienta a la supervisión de niños y adolescentes tanto en temas educativos, de crianza y socialización, por medio de asignación de tareas que incluyen estimulación afectiva y cognitiva.


Tradicionalmente existen un conjunto de comportamientos agrupados en 'roles femeninos' y 'roles masculinos', más conocidos como roles de género, que son transmitidos mediante creencias y condiciona lo que debe ser y hacer la mujer y el hombre, y está estrechamente vinculado con el sistema patriarcal, donde el machismo es el protagonista, pues es un sistema opresor que discrimina a las mujeres y favorece únicamente a los hombres. Es así que, los hombres asumían los roles que representaban poder y fuerza que si consideramos los roles señalados por Vosler eran los de proveedor, de toma de decisiones y de mantenimiento del hogar, sobre todo en el ámbito público; mientras que las mujeres asumían roles considerados "débiles", de sumisión y dependencia hacia el hombre como los de cuidador, organizador del hogar, educador, que están inscritos, fundamentalmente, al ámbito doméstico. Estos comportamientos se debían, básicamente, a patrones culturales machistas, que, por ejemplo, se podrían encontrar en la literatura, en la sociedad, en las costumbres y creencias de aquellas épocas, que fueron transmitidos de una generación a otra y muchas veces inclusive las mujeres reforzaban esos patrones hacia el machismo. 


Octavio Salazar, abogado constitucionalista y escritor del libro ‘El hombre que no deberíamos ser’, explica que los hombres necesitan su propia revolución: “una que haga saltar por los aires el orden político y cultural que constituye el patriarcado. De ahí que sea tan urgente que nosotros mismos nos interpelemos críticamente desde el lugar que ocupamos en las estructuras de poder y, desde esa tarea personal y política, pongamos las bases para un nuevo pacto entre ellas y nosotros”.


En la actualidad las mujeres hemos asumido muchos roles en el espacio público, debido a las grandes transformaciones que hemos logrado, generando cambios radicales en las dinámicas familiares y en el sector económico y laboral, todo esto en busca de la igualdad de oportunidades, y hemos sabido adaptarnos mucho mejor a estos cambios que los hombres.  Es por eso que muchas veces, las demandas femeninas pueden producir una polarización entre hombres y mujeres, una pérdida de la armonía en la familia, e inclusive el "apoyo" de los hombres, que no necesariamente se da de forma consciente, pues los hombres y la sociedad en general ya están predispuestas a una forma de desarrollo, pero si no damos pequeños pasos dentro de nuestra familia, logar el objetivo final (igualdad de oportunidades), será más difícil. 


La coach Camila Díaz señala que es importante que los hombres dejen de sentirse mal por tomar ahora los roles que antes la sociedad había determinado que las mujeres debían cumplir: “quedarse en casa para cuidar de los niños y para organizar el hogar es también un trabajo. Ahora ellos comprenderán cómo ha sido para nosotras y cambiarán su perspectiva”.


Sin duda, romper con los estereotipos de la sociedad respecto a los roles que debe desempeñar cada individuo es una tarea compleja y existe una fuerte resistencia de los involucrados, sobre todo de los hombres, por lo que la mejor manera es empezar a dar pequeños pasos es dentro de la familia, mediante la distribución equitativa de las tareas domésticas y de crianza. Esta revolución es necesaria, pues los roles se construyen y que mejor que empezar dentro de la familia, con eso las nuevas generaciones no tienen que cargar con el machismo que tanto daño a hecho a la sociedad. Pues si continuamos educando a nuestros hijos bajo el mismo enfoque de nuestros antepasados, no lograremos ningún cambio, se necesitan de reglas para que cada integrante tenga establecido las funciones/roles que debe desempeñar.


Madre Power, ya dejemos de reforzar el machismo con afirmaciones tales como: ‘El color rosado es para las niñas’, ‘los niños no lloran’, ‘las mujeres no son tan fuertes como los hombres’, ‘las niñas deben aprender cocinar’, entre otros, pues esto solo empeora la brecha de género existente.


Las mujeres no tenemos por qué someternos a lo que tradicionalmente estaba establecido, y los hemos demostrado en el transcurso de los años, pues hemos sido capaces de revelarnos y avanzar, esto como una forma de ganar nuestra libertad, sigamos trabajando en esa línea. 


#MadrePower

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