Ser padres pone a prueba a la pareja
Sin duda lo más difícil para una pareja ocurre luego del nacimiento
del bebé y se configura como una etapa crítica para ambos.
Es cierto que durante el embarazo tampoco es que sea fácil, es
en esta etapa donde la pareja empieza a experimentar los primeros cambios
emocionales y ni hablar de los cambios hormonales que sufrimos las
mujeres, esas hormonas que muchas veces se convierten en un verdadero
tormento, pues aparecen los llantos injustificados, los cambios de humor
sorpresivos, los conflictos por algo que no parece tener mucha
importancia, los sentimientos de tristeza... que a veces hacen tambalear
la estabilidad de una pareja. Pero, lo que puede pasar durante el
embarazo no se compara con todo lo que se vive después del nacimiento de
un hijo, pues continúan los cambios emocionales provocados en su
mayoría por las 'benditas' hormonas, y a esto se suman: el temor a lo
desconocido, el agobio por tantas tareas nuevas, la falta de sueño, el
cansancio que supone la crianza de los hijos pequeños, el poco tiempo libre
para conversar en pareja, los desajustes en la distribución de los roles dentro dela familia... muchas madres inclusive pueden llegar a sufrir depresión
postparto, pues son muchas cosas que llegan de golpe y se convierten en
factores que pueden afectar la relación con tu pareja, ya sea como causante
de discusiones e inclusive causante de enfrentamientos que pueden llevar a la
separación.
Según el Dr.
John Gottman, autor de Siete principios para un matrimonio exitoso, la
llegada de un bebé es una de las causas principales de las crisis matrimoniales
y el divorcio.
La llegada de un hijo supone
la ruptura inmediata con el modo de vida anterior. Nada
volvedera a ser como antes, la transición a madre y padre,
puede resultar más o menos problemática para una pareja, según sea el caso,
pues representa una suma de pruebas, desafíos y retos que se deben
enfrentar como pareja, esto porque la vida de dos, empieza a ser de tres o más,
lo que implica cambios en los roles dentro de la familia, en el
presupuesto, en la administración del tiempo, la distribución de las
tareas que tienen que
dividirse entre los hijos, la escuela, las tareas, fiestas infantiles y
demás.
El verdadero reto de una pareja
El verdadero reto para la
pareja empieza, cuando te dan de alta del hospital y como
madres nos enfocamos al cuidado de nuestro bebé, y es cierto, que,
conforme los días transcurren como madre te siente más familiarizada con
los cuidados que requiere tu bebé, pero te enfocas tanto en tu hijo,
que te olvidas del resto (de tu pareja) y esto, se podría decir que es
el inicio del fin.
Ambos tienen los nueves meses del
embarazo para adaptarse de forma gradual, pero, muchas veces el padre
siente el cambio en el momento que nace el bebé, pues a partir del
nacimiento el bebé reclamará la presencia de su madre, haciendo
que la vida conocida hasta esa fecha, desaparezca. Muchos padres inclusive
llegan a sentir celos del bebé, que los lleva a tener conflictos internos, en
forma de frustraciones hasta llegar al punto de ver la paternidad como una
carga e inclusive como una pérdida de libertad individual.
Según el psicólogo Santiago Gómez: "En el varón, la crisis viene
después del nacimiento del hijo por la relación dual de la mamá con el bebé. El varón se siente dejado de lado, vacío, no es
del todo importante, no es mirado".
Los retos que enfrenta una pareja
con la llegada de un hijo, a veces pueden llegar a ser muy duros, agotadores y estresantes, sobre
todo si no existe una corresponsabilidad
familiar, y es la mujer quien asume toda la responsabilidad de criar al
nuevo integrante y el hombre casi no participa en la crianza de los hijos, ya
sea por temor a no hacerlo bien o por cultura. Es cierto que las
madres tienen la exclusividad de dar pecho a su hijo, que vendría a
ser la única tarea intransferible, por lo que el padre
podría hacer otras tareas como cambiar los pañales, sacar
los gases... ya que también forman parte de sus
responsabilidades/obligaciones.
El día a día de una
madre es agotador, tanto así que a veces ni siquiera nos podemos
duchar, y es muy probable que la casa esté desordenada o que los servicios
estén sucios... y esto se da porque sencillamente el
bebé absorbe muchísimo tiempo y energía. Aun así, muchos padres
no participan en los cuidados del bebé, señalando que 'tienen que descansar
para ir a trabajar', y les pregunto ¿acaso
el cuidar a un hijo no es un trabajo?, claro que sí, solo que no lo notan
por este trabajo no es en una oficina y mucho menos remunerado.
Adrianna
Dominguez-Lupher, creadora de Military Money
Chica, dice “las labores domésticas pueden convertirse
en un verdadero campo de batalla”, y muchas mamás dicen que, después de haber
tenido un bebé, el asunto es quién “hace más”. Si tú haces más y estás cansada,
te vas a enfadar y, por lo general, te vas a desquitar con la persona más
cercana a ti, tu esposo, que justo olvidó poner sus calzoncillos en la cesta de
la ropa sucia. Añade estos sentimientos a la posibilidad de que estés
demasiado exhausta o harta o no lista o simplemente indiferente ante la posibilidad
de tener sexo. Todo esto va convirtiendo a los miembros de una relación en dos
padres infelices, frustrados y estresados que están esperando la mínima
oportunidad para herir al otro con sus propias frustraciones.
Siempre hay cosas que hacer en
casa, pues cuando crees haber terminado tu día, es tu hijo quien exige tu
atención, quien necesita cambio de pañal o que prepares su biberón, o
simplemente de tu compañía. Es ahí, cuando ambos empiezan a exigir un
poco más del otro e inclusive comparan quien está más cansado, o quien tiene
más motivos para estarlo... hay días que los niños no te dejan tiempo
ni para hablar con tu pareja ... y aun así a veces, te
llega un mensaje de tu pareja que dice: "amor, voy a salir un rato con mis
amigos", (grrr) no podemos negar que a veces es necesario estas salidas y
tener tiempo a solas para recuperar energías, pero creo que todas coincidimos
que esto nos llena de rabia, porque simplemente a nosotras nos complica
mucho salir, lo tenemos que organizar con semanas de anticipación y en
definitiva la pensamos mil veces, sobre todo cuanto tu bebé es pequeño, e inclusive cuando
logras salir y tener un tiempo a solas, empiezan las llamadas de tu pareja que
dicen "ya vas a venir", "el bebé está llorando", "porque te demoras tanto"... que ni
siquiera puedes tener ese rato de tranquilidad que tanto necesitas.
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Hay días que la presión
es tanta, que las noches, que sería el momento ideal para revitalizar la
relación de pareja, te pones a hacer cualquier cosa como ver la
tele, o una serie, o te pones a leer novedades de las redes sociales... hasta
que te terminas durmiendo por el cansancio. Llega el siguiente día y esperas
que surja ese momento que llevas esperando (o ya no), en el que ambos puedan
reír juntos, o hacer algo juntos y contarle tu día a viva voz, y no
por el Whastapp, pero de nuevo
encuentras esa barrera que les impide conectarse y van pasando los días, uno detrás de otro,
casi sobreviviendo. Y por si fuera poco hay veces que ya no reconoces
en la otra persona a aquella de quien te enamoraste, o peor aún que se mira
al espejo y ni siquiera es capaz de reconocerse a sí mismo.
Lo más importante para superar todos los retos como pareja, es asimilar que esta nueva etapa es diferente, y sobre todo aprendamos a soltar nuestra vida anterior, dejemos de añorar la etapa anterior, vivamos el presente, y aprovechemos que la vida nos da una oportunidad de seguir aprendiendo, creciendo y ser mejores seres humanos.
La llegada de un
hijo, no necesariamente tiene que ser un proceso que genere crisis,
claro que tendrán muchos retos y pruebas que superar, pues con el
nacimiento de un hijo todo es nuevo, sobre todo si son padres primerizos, y son muchos los
cambios que pasa la pareja, que son propios de la transición a ser madre y padre. Tener
hijos es una etapa que nutre la vida familiar, aportando múltiples
experiencias asociadas a su crecimiento, a sus logros, a la
conexión que generas con tu hijo y con tu familia. Nunca lo
olvides, ni pierdas de vista la verdadera dimensión de ser padres, que no tiene
por qué anular la dimensión con tu pareja.
Fuerza, ¡si
podemos!!
Puedes revisar el siguiente post con algunos consejos para afrontar estos retos como pareja luego del nacimiento de tu hijo.
#Madre Power
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