La aventura del primer año de una madre
El primer año de vida de un hijo, es una etapa única para
toda persona ya que a lo largo de estos meses realiza enormes progresos en su
desarrollo, por lo que es extremadamente agotador, tanto para lo padres como para lo hijos. Un año en el que los niños necesitan mucho de sus padres, pues están recién empezando a adaptarse al mundo exterior
y por supuesto los padres también se están adaptando a su identidad,
a sus nuevos roles, responsabilidades... Y por supuesto siempre está presente
el cansancio y el exceso de emociones. Aun así, la maternidad resulta ser la mejor experiencia de nuestra vida, es que se presentan
constantes retos y pruebas como padres y también pruebas en la vida de pareja. Es
cierto que cada experiencia es única y muchas veces lo que resulta una tortura
para ti para otras madres resulta muy fácil, también es cierto que cada día
aprendes cosas nuevas, lo que hace que los días a veces sean buenos, otros
regulares.
Este primer año de vida de tu bebé, se traduce en innumerables
aventuras, donde tu hijo aprenderá a sonreír, a gatear, a caminar, a
decir sus primeras palabras, y muchas otras cosas que le ayudarán a
relacionarse con el mundo exterior y a controlar su cuerpo de forma
progresiva y es emocionante ver como aprende cada día.
El primer
año de maternidad siempre será el más difícil y desafiante, es que los cambios en la vida de una mujer cuando
nace un hijo (sobre todo su primer hijo) son muy intensos y fuertes
que marcan para toda la vida. Tu primer año como madre y sobre todo como madre primeriza, es una aventura maravillosa, pero también agotadora que implica
muchos cambios físicos, emocionales, psicológicos y no olvidemos a las benditas
hormonas que alborotan todo. En este primer año vivimos momentos llenos de amor, ternura y emoción... y también
momentos de dudas, retos y cansancio extremo; aun así, siempre tendremos
las fuerzas para salir a delante en todas las pruebas que se nos presente.
Incluso muchas madres que tuvieron hijos antes señalan que cada embarazo y cada bebe es diferente y siempre llegan a la vida de una madre con
nuevas sorpresas y retos.
Es cierto que existen muchas maneras de estar preparados para ser madre, para
sobrellevar un embarazo, el parto, la crianza de nuestros hijos..., pero
aun así NADA se compara con lo que afrontamos en la realidad. A veces suele ser muy
difícil y otras muy fácil, pero pasamos a ser las mejores madres del mundo, aunque muchas cosas no sepamos aun como
hacerlas, por más que hayamos leído, asistido a las charlas de psicoprofilaxos
o hayamos visto vídeos tutoriales, pueda que, por ser la primera vez, las hagas
mal, pero con el tiempo y la experiencia, iras mejorando cada día. Durante el
primer año aprendemos a conocer a nuestros hijos y
aunque cada bebé tiene su personalidad y gustos, llegamos a comprender
cada gesto, cada mirada, cada sonrisa, llegamos a conocer a través de sus
acciones, qué le gusta, que le inquieta… y qué no.
Cada día que pasa es mucho más duro que el anterior, pero con los meses y
al ver un bebé sano y fuerte, nos damos cuenta que todo esfuerzo lo
vale y seguirá valiendo. Pero,
entre las horas de sueño acumuladas, el trabajo, las tareas de un hogar, el
cuidado de tu hijo, nunca faltó esa persona que te brindó su
apoyo para poder tomar un mínimo descanso y darse tiempo a solas para
poder recuperar energías.
Lo más importante del primer año con tu hija es aprender de los
errores, es aprender a no sentirse culpable y mucho menos
una ‘malamadre’. Los pequeños seguirán
creciendo y siempre tendremos algo nuevo que aprender. Lo fundamental es entregarles lo mejor
de nosotras, ser auténticas y estar con ellos cada vez que nos
necesiten y lo más que puedas de tu bebé, que el tiempo pasa
rápido y cuando menos lo esperes, ya será un adolescente.
Recuerda que tú tienes el poder, que tú
eres una Madre Power.
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